¿En qué piensas cuando escuchas la palabra divorcio? Crecemos con la idea de que un día nos vamos a casar, luego a tener hijos y “vivieron felices por siempre”. El divorcio por lo general no está en nuestros planes. Sin embargo, esta expectativa esta lejos de la realidad actual para gran parte de los ecuatorianos. En el 2016, más de 25 mil divorcios se registraron en nuestro país. Para muchos, esta cifra puede parecer un problema, no solo de cada pareja, sino de la sociedad. Sin embargo, la posibilidad que tiene una pareja de salir de una relación también tiene beneficios para la sociedad.
Es imposible mantenerme objetiva en este tema (argumentaría que la objetividad no existe). Puedo contrastar la vida de mi abuela con la de mi mamá, por ejemplo. Mi abuela vivió en una relación física y emocionalmente abusiva y hasta hace poco, cuando mi abuelo falleció, ella siempre se mantuvo a su lado. Mi mamá tuvo una experiencia similar en su primer matrimonio, pero se divorció a los pocos años y pudo construir una vida diferente. Estas son historias comunes en el Ecuador que reflejan dos épocas diferentes. Permiten a las personas salir de relaciones difíciles, en las que se hacen daño mutuamente y a las personas que les rodean.
Cuando las parejas tienen hijos, la decisión de divorciarse es un poco más difícil. La separación cambia la dinámica familiar y afecta a los hijos, sobretodo a los más pequeños. Varios estudios realizados han encontrado que la mayor parte de hijos de parejas divorciadas tienen dificultades al corto plazo durante la etapa de adaptación. Sin embargo, a largo plazo estos efectos son menos prevalentes. También es importante tomar en cuenta el efecto que tiene en los niños cuando una pareja permanece unida a pesar de tener alto conflicto.
No es mi intención promover el divorcio, pero pintarlo como algo terrible para las personas y la sociedad no hace justicia al importante rol que juega el divorcio para muchas familias. Lo más importante para una pareja que decida separarse es hacerlo de una forma que permita dejar los resentimientos y curar heridas para poder seguir adelante, especialmente cuando tienen hijos.
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